martes, 30 de octubre de 2012

El papel de la prensa en el caso


El Imparcial del 15 de junio de 1908 lo termina por describir de una manera más que acertada, “desarrapado, sin nobleza ni literatura, pero tan nauseabundo y tan perverso como el poeta del placer y de la muerte”.
El periodismo en esta época a pesar de su censura al comienzo de sus crímenes, fue una herramienta fundamental para su captura. Gracias a la divulgación de sus descripciones físicas y una seria de fotografías y grabados la prensa obedeció a dos factores importantes, como las docenas de ejemplares al día por la prensa sensacionalista y la cantidad de analfabetismo que había en esa época. 

lunes, 15 de octubre de 2012

El primer asesino serial mexicano


Modus operandi

Guerrero tenía una manera de operar muy común de los asesinos seriales que hoy en día ya conocemos. Gracias a su simpatía, podía acercarse a sus victimas y comenzar conversaciones para ganarse su confianza. Un vez que esto sucedía, el asesino les proponía tener encuentros sexuales, posteriormente, dependiendo de la disposición de su víctima para satisfacer sus deseos, Guerrero, las violaba, apuñalaba y degollaba, tirando sus restos alrededor del río Consulado. El modus operandi era similar a los que utilizaría 50 años después Gregorio Cárdenas en los años sesenta.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Su segunda detención


Tras 20 años de cárcel Francisco Guerrero fue reincorporado, pero no paso mucho para que volviera a cometer atroces crímenes.
Reaparece en 1908 después de otro homicidio. Esta vez era un anciana, a quien ejecuto de la misma manera que sus victimas pasadas, violada, apuñalada y degollada, solo que a Antonia la dejo casi irreconocible, el lo justifico con que la anciana lo había hecho enojar. Su cuerpo fue encontrado a los alrededores del río Consulado, como todas sus anteriores victimas, haciendo referencia del dicho: el asesino siempre vuelve al ligar del crimen. Ésta vez el chalequero, que presumía de ser muy organizado en sus crímenes, reaparece siendo sumamente descuidado, ayudando así a su detención el 13 de junio de 1908. Fue llevado a la prisión de Lecumberri y sentenciado a pena de muerte, pero en noviembre de  1910 muere gracias a una tuberculosis en el Hospital Juárez.


José Inés Rodríguez, quien fue testigo del terrible asesinato de la anciana, era un pastor que cuidaba de su rebaño cerca del río Consulado cuando presenció el atroz suceso. 
Al parecer todo le salió mal a Guerrero pues quien presumía de ser sumamente cuidadoso en sus asesinatos, en éste último es muy descuidado. Momentos después de ser visto por el pastor, las hermanas Solorio lo vieron lavándose las manos a la orilla del río.
Gracias a estos testimonios fue aprehendido por segunda ocasión 13 de junio de 1908. Fue llevado a la prisión de Lecumberri. “El gendarme 479, de nombre Juan Robles, y un vecino llamado José Montoya, fueron los responsables de atraparlo”.3
Dos semanas después confieza y dice haber conocido a su víctima en la cantina “El Morito” en la colonia Villa Gómez.
En el juicio de “El Chalequero” había tanta gente queriendo presenciar la sentencia del homicida, que tuvieron que repartir tarjetas de pase para controlar el ingreso al salón.